Leía ayer una noticia en un diario nacional que planteaba
lo que ocurriría, si la selección argentina de fútbol salía vencedora de la
final de la Copa América en la tarde del sábado, pues hoy domingo se celebran
las elecciones legislativas en la ciudad de Buenos Aires. Una primera vuelta se supone, según apuntan las
encuestas, pues ninguno de los tres principales candidatos llegará al cincuenta
por ciento de los votos, y habrá que esperar a una segunda vuelta, que cree
podría realizarse el tercer domingo de julio, para conocer vencedores y
perdedores.
El es
complejo como ya conté hace tiempo ─durante la anterior veda electoral, por las
elecciones primarias para elegir a los candidatos que se presenta hoy─. Queda
prohibido bajo altas multas por violación del código penal la venta de alcohol,
tanto en tiendas como en bares o restaurantes. Muchos barcitos del centro
permanecen cerrados hoy, y lo estarán hasta que se cierren los colegios
electorales. También los cines y teatros permanecerán cerrados a esa hora, lo
que deja la avenida Corrientes más vacía y fantasmal de lo que suele estar
cualquier domingo, si es que eso es posible.
El mercado de Mataderos, al este de la ciudad, casi en la frontera con
la provincia y el partido de la Matanza, ha colgado el cartel de cerrado por
elecciones, y el mercado de San Telmo a pesar de permanecer en pie ─el turismo
deja mucha plata─, se presenta mermado en cantidad y carácter. Además, los
puestos situados entre avenida San Juan y Parque Lezama desaparecen, pues en
ese tramo se abre un colegio electoral. Por supuesto lo que se prohíbe
totalmente son las manifestaciones sociales, culturales o deportivas en la
calle.
Ahí nació
el problema de los seguidores argentos de su selección. Si la albiceleste
vencía en Santiago de Chile contra el equipo organizador, la fiesta planteada
para rodear el obelisco ─ampliándose por 9 de Julio y Corrientes─, no podría ir
según el código penal más allá de las once y cincuenta y nueve minutos de la
noche. La ciudad tiene ganas de festear con su selección ─es algo que se nota
desde que hace más de un mes comenzara la competición─, más si cabe después de
perder la final del campeonato Mundial hace un año. Pero el gobierno de la
ciudad fue claro, ni un minuto más, el que quiera seguir festejando que lo haga
fuera de la ciudad, en la provincia, donde la veda electoral no funciona ─las
elecciones son a la legislatura de la ciudad─. Es decir hasta media noche que
celebren en Obelisco como siempre, después que vayan al aeropuerto de Ezeiza y esperen allí al equipo, para celebrar
más tarde el título en el predio de la Asociación de Fútbol Argentina, en mitad
del campo de la provincia de Buenos Aires. Pero a eso de las ocho de la tarde,
todo el revuelo levantado durante el día se terminó de golpe, cuando el jugador
chileno Alexis Sánchez marcó el último penalti de la tanda, dándole el título a
la selección chilena por primera vez. Argentina tendrá que seguir esperando.
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