Dudo que haya en la ciudad, ni en el país, un lugar
más mítico, un espacio más emblemático que él. Lo es así desde el año 1931,
cuando el boxeador José Lectoure se hizo con un pedazo de tierra costera, sin
apenas valor, para poder llevar allí, cada miércoles y sábados, las peleas de
boxeo que tanto ansiaba el campeón argentino. Aún se pueden ver colgadas de las
paredes de la pizzería Banchero, entre Corrientes y Talcahuabo, los recortes de
prensa que narran sus hazañas deportivas.
Al año siguiente Lectoure, y su socio Ismael Pace,
haría que se levantaran las primeras gradas del que se conocería a partir de
ese momento como Stadium Luna Park. Poco después se haría cargo de él Tito, el tío
del boxeador. Cuando se inauguró, sus dueños rezaban para que no lloviera en
mitad del combate, pues el recinto no contaba con techo. Las imágenes del
original Luna Park, al modo de una cancha de fútbol, son realmente llamativa,
al menos para los que siempre la hemos conocido con cubierta. Como se encuentra
ahora, en su estado actual.
Se cubriría en 1934, y desde entonces ya sería un
símbolo de la ciudad, convirtiéndose en el punto de referencia de la música y
el deporte argentino, además de un punto ineludible al recorrer la eterna
avenida Corrientes. Uno de los primeros actos multitudinario que albergó estuvo
muy lejos de ser un acto artístico o una odisea deportiva, pues en el año 1938,
cuando la Alemania nazi invadió Polonia, más de quince mil personas se juntaron
en el interior del estadio cubierto para celebrarlo, rodeados de enormes
banderas decoradas con esvásticas y simbología del III Reich.
Por suerte estos momentos demenciales fueron los
menos, y el espacio ha pasado a los anales de la historia argentina, y mundial,
por cosas mucho más agradables. Por sus tablas han pasado personajes como Frank
Sinatra, Juan Pablo II, Ricardo Arjona, Liza Minelli, los Divididos, Anibal
Troilo, Osvaldo Plugliase, Andrés Calamaro, Tequila, o Serrat y Sabina que
grabaron allí sus últimos discos en directo. Uno de los mayores hitos fue el
concierto despedida de Sui Generis,
el primer grupo de Charly Rodríguez que fue fundado junto a sus compañeros de
instituto, con los que coincidió en Caballito. Su barrio. Un grupo que tuvo que
ampliar su última despedida en varias ocasiones, vendiendo más de 25.000
localidades de Luna Park.
Stadium Luna Park en los años 1932 y 1933. |
Pero
si por algo es recordado el viejo Luna Park, sobre todo entre los más viejos
del lugar, es por haber sido escenario de los grandes combates de boxeo de la
historia argenta. Y aunque cada vez en menor número, aún hoy sigue acogiéndolos.
Allí se han podido disfrutar los puños de Monzón, Gatica, Locche, Omar Narváez
o Acavallo.
También en Luna Park se ha llorado. En él se velaron por
última vez los cuerpos de Ringo Bonavena, Julio Sosa, y sobretodo el de Carlos
Gardel. Que después de ser velado en Estados Unidos y Colombia, tras el
accidente aéreo que le costó la vida en 1935, fue despedido en Luna Park por
toda la ciudad. El local, a pesar de todo; de las reuniones políticas,
musicales o deportivas siempre ha llenado sus localidades. En la parte baja de
Corrientes, la Luna siempre es llena. Todas las noches.
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