viernes, 14 de agosto de 2015

PINGÜINOS Y DAMAJUANAS

 

           Hay dos típicos clásicos de recipientes de bebidas alcohólicas en Buenos Aires, aunque en muchos lugares se están perdiendo y están siendo sustituidos por vasos y copas de diseño, e incluso por tarros de cristal con tapadera metálica-es bastante normal en barrios como Palermo, La Recoleta o Núñez que te sirvan la bebida en los restaurante más de moda en estos recipientes-. Por suerte hay sitios que no han caído en estos imperativos pasajeros de modas o tendencias, y siguen sirviendo ciertas  bebidas, como el vino de la casa en los recipientes clásicos. No hace falta irse a las viejas pulperías que aún aparecen en algunas calles del viejo Buenos Aires para encontrarse con ellos, sino que muchas pizzerías o restaurante del centro siguen utilizándolos. Incluso hay una lujosa tienda de vinos entre Corrientes y 25 de Mayo, que decora su esquina con una numerosa cantidad de estos recipientes en dorado brillante. Juntando la tradición con la moda del momento.

Uno de estos recipientes es la denominada como damajuana, un enorme recipiente circular de cristal grueso y verdoso, con una boca corta y estrecha relleno normalmente de vino tinto o moscato. Son recipientes muy pesados, y que contienen muchos litros de vino casero a granel. Por ello, por la incomodidad en su manejo nació el segundo recipiente. Éste recipiente en la actualidad se realiza en varios tamaños y medidas, pero el original es el que albergaba en su interior un litro. Me refiero a los llamados pingüinos de vino de la casa. Tanto las damajuanas como los pingüinos nacieron antes de que se sancionara en el país la ley de embotellamiento del vino, cuando las grandes garrafas venían a la capital directamente desde las bodegas de Mendoza. Lo cierto es que no se sabe el porqué de la elección de la figura del animal, puede ser por que el cuerpo del pingüino se parezca a la forma de la jarra, por casualidad, o porque a alguien en su día le hizo gracia beber vino que había salido por el pico del animal.  

El pingüino es una jarra de cerámica o de loza, normalmente de color blanco o marrón que en la parte delantera muestra una cabeza similar a la del animal en cuestión, rematando en un pico con una abertura por donde se derrama el líquido sobre las copas, en la parte trasera y sobre el asa, se abre una amplia oquedad por donde se rellena cada vez que es necesario. Los pingüinos se colocan en las repisas altas de los bares, parrillas o pizzerías, se ven desde que entras en el local, como si el dueño estuviese orgulloso de seguir utilizándolos en diario, y cada vez que un cliente solicita un nuevo litro de vino de la casa, el pingüino se llena directamente desde la botella de damajuana. Ésta suele estar en un lugar próximo a la clientela, dentro de la barra y al natural, aunque siempre hay alguna metida en la heladera, por si a alguien se le antoja el vino helado.


Damajuana y pingüino.

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