jueves, 6 de agosto de 2015

BUENOS AIRES NEGRA


            Desde hace unos días se celebra en el corazón de Buenos Aires su semana de novela negra y policial. Es un festival aún pequeño, nada que ver con la Semana Negra de Gijón, la Semana Negra de Barcelona o la de Getafe. Pero todo llegará. En la Buenos Aires Negra tienes la sensación de estar entre amigos, un grupo no muy amplio pero unido, con los mismos gustos y ante escritores de oficio, nada de súper ventas, o de Best Sellers, como suelo ocurrir en otros eventos, como ocurre en la Feria del Libro que se hace en La Rural de Palermo, y donde los escritores menos mediáticos quedan tapados bajo los flases que buscan a las grandes firmas nacionales e internacionales.

            Aquí, los escritores no se presentan como ídolos que están en un escenario, altos y separados del resto de las personas, de sus lectores, aquí el escritor entra por la misma puerta, usa las mismas sillas, y cuando termina sus presentación o su charla se sienta entre el público, recibiendo saludos y opiniones, aceptándolas  siempre son una sonrisa y unas palabras. Después siempre hay tiempo para todos, para los escritores y para los lectores, para sus dudas o motivaciones, para que dediquen libros o pidan información. El ambiente cercano del lugar ayuda, y los escritores se abren más, contando anécdotas o experiencias, que en un lugar más frío o más multitudinario tal vez no se atreverían.  

            La Buenos Aires Negra es así, lo es al menos ahora, aunque tiene unas bases tan sólidas entre lectores, escritores y libreros que muy pronto será una gran feria o Semana Negra, al más puro estilo de la de Gijón o de Barcelona. Se lo merece. Y también se lo merece el tipo, que acompañado de sus ayudantes lucha porque cada año salga hacía adelante, el escritor argentino Ernesto Mallo. No dejaré de frecuentar las ferias de libros por supuesto, pero que necesarias son estas semanas, estas reuniones casi clandestinas para charlar de esas novelas que no se venden por millones, que no son moda, sino trabajo de muchos años. Unas semanas o ferias, que en España están arraigando en muchas ciudades que hasta ahora solo contaban con los lectores y alguna pequeña librería de género negro, y que ahora están creciendo en forma de red negro-criminal,  que ha cruzado el Atlántico para instalarse en Buenos Aires, y en unos días hará lo mismo en Montevideo. Espero que esta no sea la última vez que pueda visitarlas, y que sea por muchos años.

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