domingo, 28 de junio de 2015

PIZZERÍAS UGI´S


             El que no comió en Ugi´s es porque nunca fue pobre. Tras escuchar esta frase me fui a probar la pizza que muchos porteños siguen consumiendo a diario. Ugi´s es una de la cadena de pizzas baratas más importante de la ciudad de Buenos Aires. Hay más del estilo por supuesto, sobre todo un par de ellas que van creciendo ─Zapi y Fábrica de Pizzas─, abriendo más locales, y haciéndose fuerte en su lícito empeño de robarle cuota de mercado al máximo competidor. Pero Ugi´s fue la original, la primera y la que sigue teniendo más adeptos. 

            Su fundador, un tal Hugo Solís abrió la primera pizzería Ugi´s en 1980, en el micro centro porteño, sobre Rivadavia con Suipacha. Copió la idea de Boston, donde la cadena nació y se distribuyó por todo el estado, de ahí gracias a Solís saltó a Argentina. La idea no fue mala ─de hecho funcionó muy bien─, ofrecer un producto extremadamente típico y muy consumido en la ciudad porteña, pero en este caso a un precio muy ajustado, para conseguir así que todo el mundo pueda comerla. Ese toque de lugar de paso lo sigue conservando en cada una de sus pizzerías, la mayoría solo tienen una barra donde comer rápidamente el producto, de pie y sobre un plato de plástico o cartón. Otros los más céntricos ─como el de Obelisco y el de 9 de julio y avenida de Mayo─, tienen algunas mesas viejas y destartaladas. El local iluminado con fluorescentes está alicatado en baldosas blancas hasta el techo, dentro de la barra se encuentra el máximo representante de la cadena: el horno de piedra. Junto a él, en el interior del mostrador abollado por el paso de miles de personas, dos trabajadores amasan las bases, extendiéndolas después en las bandejas metálicas donde permanecerán hasta que se horneen.

            El producto es muy sencillo, pizzas de muzza (tomate y queso en barra) y fugazza, (tomate, queso en barra y cebolla). La bebida es simple también, gaseosas de cola, naranja y soda, todas ellas de una marca blanca, poco conocida y con mucho gas en su interior. La bebida en su día fue producida por la misma empresa, al igual que las barras de queso. Los refrescos Ugi´s desaparecieron con el tiempo, pero el queso de la marca sigue cubriendo la masa a diario. Últimamente los locales del centro, abiertos cerca de oficinas y lugares visitados por los turistas, también hornean medias lunas por la mañana.

            Al poco de llegar probé las pizzas que se ofrecen en los negocios más conocidos, son parecidas a las que hacen en Estados Unidos, con masa gorda y esponjosa, pero con más queso que las norteamericanas, lo que las convierte en mucho más jugosas, pero muy lejos de las italianas, al menos para mi gusto. Muchos de estos locales aparecen en las guías y se recomiendan en los hoteles, aunque los que más acuden a ellas son los porteños. Estos son unos locales mucho más cuidados, con mejor calidad en sus productos pero también de precios más elevados. Suelo comer a menudo la de Las Cuartetas, Banchero, La Rey, Güerrín, Los Inmortales o Kentacky de Corrientes. En La Americana menos ─de allí prefiero las empanadas salteñas─, y cuando no quiero ir lejos de casa, cruzo la avenida de Mayo y entro en La Continental. Pero estas pizzas no tienen nada que ver con Ugi´s, los locales están mucho más equipados, con una luz más agradable, en ellos trabajan muchas más personas, y desde luego dan sensación de más limpieza. Además, éstos ofrecen muchos más productos y variedad que Ugi´s; empanadas, tortas, tartas, hojaldrados, ensalada de fruta, y sobre todo un producto con el que todos los bonaerenses acompañan la pizza, la fainá ─una especie de torta de origen genovés realizada a base de harina de garbanzos, sal, aceite de oliva, agua y pimienta. Su nombre original en el dialecto genovés es farinata, pero el porteño ha ido adaptándolo a su dialecto─.

            Como digo, probé la pizza de Ugi´s después de escuchar la frase con la que abro el artículo. Me lo comentó ─a la vez que me recomendaba el local─, un hombre de unos cincuenta años en una de las interminables colas del supermercado. Después de informarme un poco creo que el hombre tenía razón. Cuando el país pasaba el peor momento económico de su historia, después del corralito de 2001, la pizzería alimentó a mucha gente que tenía lo justo para pasar el día, ofreciendo la pizza casi a precio de saldo; la familiar de ocho raciones a tan solo un peso con setenta y nueve ─el cambio a euros de aquella época era algo así como unos quince céntimos de euro─. Cuando el precio del peso se devaluó durante los años siguientes, la cadena mantuvo los precios, y eso ayudó a que la gente realmente pobre ─cuyo sueldo casi dejó de existir─, pudiera comer algo caliente y relativamente sano al menos una vez al día. 

            La inflación también llegó unos años después y los precios subieron, más si cabe en Ugi´s, donde sus habituales vieron cómo se pasaba de los diez pesos ─noventa céntimos de euro─ en 2008, hasta los cincuenta pesos ─casi cinco euros─ de hoy en día. A pesar de todo, siguen cobrando la mitad que las pizzerías más conocidas por turistas y bonaerenses, y eso a pesar de que en los últimos años ha perdido clientela y han tenido que cerrar algunos locales, primero porque aparecieron fuertes competidores en su línea de producto, y segundo porque la gente, ahora con más plata en el bolsillo se deja caer por las pizzerías de mayor calidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario